Kim Yesol estaba obsesionada con su actor favorito. Incluso fantaseaba con tener sexo con él. Se pasaba el tiempo buscando pornos protagonizados por tipos que se parecieran a él, mientras se imaginaba escenas de cómo sería acostarse con su amada estrella. “Haa, me pregunto cómo de grande es la polla de Woomin…” Mientras se entregaba apasionadamente a sus fantasías, apareció de repente una súcubo y le dijo, “A partir de ahora, serás capaz de controlar a los hombres como desees. Lo que imagines se hará realidad.. Podrás ser tan sucia como quieras y hacer lo que quieras con ellos” Dejando atrás esas crípticas palabras, el demonio desapareció. Ella se lo toma como un sueño extraño, pero ¿y si no lo era? ¿Y si realmente pudiera controlar a los hombres con sus pensamientos? Entonces el tipo que está frente a ella es el sujeto de prueba perfecto… “De acuerdo. Quítate la ropa.”
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